SOBRE LO PUBLICADO EN EL BLOG
La publicación de un
texto en blog, mientras trabaje sobre el blog no implica estar acabado; sino
apartado; al cajón; en espera. Las fuentes de algunos textos, así como otros
recursos, no se mencionan inicialmente en algunos de ellos / o no al
completo, pendientes estos de ser ampliados o volver a ser examinados, en el
blog (algunos no estarán ni corregidos) por incompletos, o sencillamente
por estar apenas iniciados y vagamente expuestos (Se pretende una publicación
final indexada en PDF). Hasta entonces todo irá al blog (de la forma que sea y
como sea mientras trabaje en ellos). El blog es mi mesa de trabajo, no como en
otras personas una galería de exposiciones. Si alguien está interesado en
cualquier tipo de información, o quiere decir algo al respecto, es
bienvenido y puede ponerse en contacto conmigo a través de los
comentarios, incluso se aceptan criticas e ideas: buenas críticas e ideas y originales, pues es un trabajo abierto.
En tanto, al modo de abordar las ideas, mis ideas entiendo, es muy particular y
pido disculpas, así como por la peculiaridad de mi escritura, o la forma en que
expongo mi pensamiento o trato algunos textos, e igualmente me disculpo por
invadir territorios ajenos: (entiendo la reacción habitual frente a esto es,
siempre, rechazar al forastero, pero como se suele decir: en mi casa, hago lo
que quiero). Saludos.
ADVERTENCIA
Esta es una línea de textos de carácter exploratorio, que requieren de
cierta aptitud mental, pues al igual que las estrellas solo brillan
para quienes al cielo miran; la realidad solo existe cuando hay una mente e
imaginación capaz de reconocerla. En este libro se reúnen diferentes
textos y / o ensayos: mensajes arrojados al viento y errantes en la luz del universo.
Quien se aborde a ellos hallará cosas disímiles dependiendo de la propia
perspectiva y, o apropiaciones que hagan de ellos. Sin embargo, es necesario
aclarar que no son discursos dirigidos a filósofos o estudiantes de filosofía,
ni tampoco dirigidos a especialistas o iniciados en materia alguna. Y, si bien
cada uno tiene su estilo, condiciones y objetivos diferenciados, todos son
accesibles y espero que comprensibles desde distintos planos o niveles,
dirigidos a un público amplio y diverso.
Entiéndase, por lo tanto, este un camino a recorrer donde también descubrir
otras formas de pensar y ver la realidad: un viaje sometido a permanente ajuste
y revisión con relación a una idea, hasta ir dando forma / cuerpo a esta. Sin
embargo, aquí no se defenderá posición o doctrina alguna de inicio (respecto a
la nada), y si bien parto de unas convicciones iniciales, puedo
perfectamente también aceptar otras, pues como muchas veces sucede en un viaje,
este puede no ser solo de descubrimiento, sino igualmente, y a veces lo
es, de transformación. Mi idea, por lo tanto, es cuestionarme la Nada:
entenderla, desde sus diversas formas y definiciones a través de estudios
(ciencia, filosofía o religión) realizados sobre la misma, en gran amplitud y
abarcando cuantas más posibilidades y puntos de vista posibles, ofreciendo
una crítica u opinión sobre los mismos, así como sugerencias y
cierres, o no, a cada unos de esos enfoques; además, de una conclusión al final
del trabajo, que a día de hoy, ocho meses después, ignoro cuál será. Existe,
por tanto, solo aquí la voluntad de quien se dispone a recorrer un camino por
sí mismo: un camino difícil por cierto, cuando creemos que nada hay tras el
horizonte, y no existen ya territorios por explorar y descubrir.
INTRODUCCIÓN
Hoy, cuando las antiguas creencias están declinando y el final de las
grandes síntesis se acentúa, un hambre manifiesta avanza peregrinando el mundo.
Se trata, de una imperiosa necesidad de saber: saber quiénes somos, de dónde
venimos o cual es el velado propósito, de la que en tantos casos resulta una
miserable vida. De tal modo, multitud de personas de la más variada condición,
cuyo nexo común encuentra su raíz más profunda en la angustia se han dejado
seducir en torno a temas que van más allá de su quehacer acostumbrado.
Seducidos, hacia cuestiones “más profundas y metafísicas” ―cuando no, víctimas
del que resulta ser el humilde parasito de la ingenuidad― arrojadas a la
aventura de hallar unas nuevas expectativas, en las que habrán de volverse a
replantear aquellos mismos y pretéritos temas relativos a la existencia.
Apreciable en innumerables manifestaciones y formas esta aptitud se observa en mayor
medida, al comprobar, el creciente interés mostrado por buena parte de la
ciudadanía, encandilada en torno a una amplia gama de tópicos y actividades: ufología, sectas, parapsicología, “meditación”…
Sin embargo, sería ventajista por mi parte arremeter directa y exclusivamente
contra lo metafísico o sobre todo: con algunos disparates, cuando el más ligero
soplo de aire dirigido contra estos lo derrumba. No requiriéndose tanto pulmón
como una buena dosis de osadía para dirigirlo, sin vacilar, contra las
imponentes fortificaciones de la filosofía. Entiéndase, en esta, más que en
ningún otro lugar, donde el pensamiento desventurado ha escarbado hundiéndose
con mayor pasión y resuelta vehemencia en busca de nada, labrando tan vasta
maraña de galerías que si decidimos aventurarnos corremos serio riesgo de
extraviarnos, amplificando la magnitud de aquellas aflicciones por largo tiempo
contenidas; así como la ansiedad, sugerida frente a la inquietante perspectiva,
que habrá finalmente de causar caminar hacia el final de un horizonte, del que
no se intuye la dicha.
Pero
que la filosofía occidental se halla en situación crítica, es hoy un hecho; que
no sirve para nada es un dicho, venido a raíz de una tradición que parece del
todo agotada: visto el fracaso de sus teorías y un repetir y dar la vuelta
siempre a las mismas cosas, explicadas de mil y una maneras sin aportar luego
nada nuevo o relevante, y olvidándose por completo de explorar nuevas formas de
pensamiento o entender el mundo : no puede sostenerse aquello que se da
de golpes contras sus propias paredes y a la vez da la espalda al mundo y a la
realidad, a la entrada de un milenio que aguarda y del que algunos afirman:
será un milenio espiritual o no será, dada la deriva de acontecimientos en la
que nos vemos envueltos. Es por ello que muchas
personas creen que la filosofía (como disciplina / no tanto el pensamiento) es
una método de conocimiento que pertenece al pasado, habiendo ya sido superada
por las ciencias y la técnica. Pero este agotamiento académico, en
tanto a disciplina, no puede ni debe descarriar la atención hacia lo
redundante: el pensar, y hacerlos sobre aquello que se precisa en verdad:
la verdad; ni debe hacernos perder de vista la necesidad de unos nuevos planteamientos
o formas de pensar renovadas, incluso atrevidas, que como afirma Trías: “bien
pudiesen alimentarse de la misma disolución de esa razón ilustrada, ahora en
período de rebajas” sobre dodo, cuando la filosofía parece
haber olvidado su razón primera, y perdido su orientación
definitivamente, precisando ahora de esa movilidad libre en el
pensamiento, como acto que disuelve aquellas doctrinas que impiden el debate. Pero en mi caso, no me siento
obligado a ser continuador de nada ya iniciado, como tampoco entiendo preciso continuar
nada (fracasado con anterioridad). Cada cual piensa, y al pensar como al
caminar uno dirige primero sus pasos hasta que estos luego lo dirigen a él. Por
lo tanto elegir qué pensar sería fantasear hoy, en un mundo donde la realidad
condiciona de antemano mostrando lo relevante. Mas la verdadera decisión, o
elección, sería negarse pensar “en aquello relevante” desviándose hacia lo
improductivo e irrelevante (lo académico) que por cierto a muchos
agradaría: una existencia irreflexiva, bien pagada, insensible y
ausente de la realidad. Si bien, más parece grave cuando, se te
dice o dirige sobre qué, cómo o cuál es la forma apropiada de pensar.
En mi caso no me siento influenciado o dirigido en forma alguna, y esto me
permite una cierta libertad para maniobrar en un terreno en el que —todo hay
que decirlo— se observa cierta intolerancia y ambiente intelectual de
cafetería, sumado a esa recalcitrante aversión a abrirse al común de los
mortales, cuando entiendo sería un gran paso, para el hombre y para la
humanidad: universalizar el pensamiento, empezando por una
correcta educación que enseñe a pensar y observar, no tanto instruyendo a
obedecer.
Pero la ciencia no queda
atrás de la filosofía: Una ciencia donde al ser escrutada con atención se
observa, mantiene dos varas muy distintas de medir, dependiendo en tanto
aquello que trata o estudia: fuera o dentro de nuestro planeta. En el primero
de los supuestos —aquello que sucede fuera de nuestro planeta— se
muestra irreconocible y abierta de forma permanente a nuevas perspectivas,
tesis y descubrimientos como los agujeros negros, la teoría de cuerdas, los
pliegues del espacio-tiempo etc., reconociendo en ello la existencia de
nuevas realidades sin necesidad de verlas, deduciéndolas
de forma indirecta (mecanismo este, se quiera ver así o no: próximo a la
intuición o clarividencia) no cerrando puertas, admitiendo su ignorancia y esas
otras posibilidades válidas del pensar. Sin embargo, veamos ahora en el
otro supuesto muy distinto —aplicado para lo que ocurre aquí, en nuestro
planeta— y enormemente reductor, donde todo tiene que ser medido, experimentado
en laboratorio y sólo válido en tanto se puede comprobar
directamente. Luego los sucesos que no encajen en las teorías supuestas
al uso se desprecian e ignoran o se les fuerza a encajar de cualquier
modo incluso a costa de falsear la realidad. A primera vista se advierte
diferencia: como si ambos niveles (de una misma ciencia) no estuvieran
intrínsecamente relacionados. Lo que nos lleva a que en la práctica, algunos
científicos se hayan convertido en los nuevos guardianes celosos de la ortodoxia, inquisidores de una religión: la
ciencia, en ocasiones más dogmática e intolerante que la de siempre, y todo ello
en nombre de una diosa llamada razón extremadamente sectaria e intransigente
(que solo mira hacia fuera y nunca dentro). Pero todo ello no nos lleva al
error, de luego despreciar o sobre criticar un pensamiento científico y sus
logros, sino a afirmar una obviedad: que el método o paradigma actual no es
suficiente, no alcanza para abarcarlo todo ( ni la realidad de las todas las
personas) y este debe ser revisado y complementado.
Para terminar, solo
añadir que no comulgaré con ruedas de molino sobre lo que filosofía o la
ciencia nos ofrece, dando por sentado respecto a la nada, o sobre cualquier
otra cosa, objeto de estudio en estos textos, pues esa “razón común
a todos” ilustrada o no se atestigua, en desafiar lo ya
aceptado enfrentando así las propias sombras: entablando diálogo con todo
aquello que dogmáticamente la desafía y pone a prueba, sea en la forma que
venga.
1- (La filosofía
implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve
las ideologías. —Martin Heidegger)
2- (escuelas y
universidades)
PRÓLOGO
Apenas todavía no daba comienzo el verano, cuando un buen amigo me
preguntó en el pueblo (Aceuchal), a dónde iría este año de viaje —de expedición
quería decir—, pues no publiqué nada al respecto de viaje alguno —como si
las redes sociales fuesen el altar, donde suplicamos intermediación a la vestal
que encarna nuestra sociedad, frente a esos falsos dioses que muchos honran con
piedad y franco servicio en un culto vano, hacia unas deidades que no lo son,
pero siempre observan y murmuran. “Por supuesto”— le
contesté. Claro que tengo previsto viajar este año. —
añadí seguidamente. Si bien, nada hacía sospechar tras mi sonrisa la respuesta
que aguardaba a la siguiente pregunta, que anticipa siempre la atención los
dioses conocedores de aquellas almas que alzan sus ojos a las estrellas y
encuentran un universo digno de admiración: que no observan tradición alguna
impuesta por hombres, ni temor, a cuanto desconocido ahí fuera aguarda. “A
la Nada”— le respondí. Sus ojos como platos rivalizaban con mi sonrisa cada
vez más amplia, sabedor de aquello expuesto ante quien jamás pensó tal lugar
como proyecto, interpretando mil y un significados de lo que no se termina de
entender: como aquellos, que de pronto reconocen un día los poderes que
gobiernan trabajado desde el cielo. Lo cierto es, que a menudo quien gusta
de viajar, gusta igualmente de diferentes maneras de hacerlo y a veces, aunque
sea hoy en día algo excepcional: a través de aquellas formas que
complementan y no alimentan el ego. Hay personas que deciden emprender un
viaje dedicado a los otros, que observan y murmuran, y los hay
que emprenden su camino como una modesta senda de autoconocimiento, un estar
consigo mismo. En mi caso, explorar, como significante apunta
adquiriendo mayor sentido cuando en algunas de sus formas trasciende ese: “su
significado”, hallando en la soledad, el silencio y en una forma
particular de pensar, la vía que puede encauzar hacia aquel excepcional
destino.
Cuando me planteé este
proyecto, aún no había dado comienzo el verano y no ignoraba lo que enfrentaba:
había tiempo y aún podía renunciar y escaparme lejos de la nada, a
Centroamérica o Indonesia, donde me queda trabajo por hacer, pero no fue así.
Las propias condiciones personales y un estado de ánimo espectacular, sumada
aquella conjunción de 7 planetas: que salí apresurado a recibir al puente
de madrugada (24 /7/ 2022), saludando así a las estrellas y al universo, que parecían invitarme a
afrontar lo que en otras condiciones hubiere sido imposible siquiera
plantearme: como si ellos, los astros, hubiesen hecho su trabajo, mostrándose
alineados frente a mí y ahora yo debiese hacer el mío. No habría otro
momento igual, entendí, cuando hacer el esfuerzo: que no sacrificio, pues
nada sacrificado hay en el conocimiento y en buscar la verdad, sino agradecer.
Así me armé de cuántas herramientas: libros y otros textos pude
adquirir, con el fin no de alcanzar —que sería mucho anticipar— sino de dar
comienzo una singladura de la que seis meses después, y lo que todavía queda
(11/2022 momento en que escribo este texto), solo puedo estar agradecido y con
ganas aún de continuar, pues la exigencia intelectual y mental, no solo pone a
prueba cuanto soy, sino también hasta dónde puedo dar y llegar, en pos de ese
lugar al que casi nadie se aventura y menos aún llegan, donde habita lo
que es y a la vez no es; lo que se muestra y oculta a la vez; lo que desafía a
la realidad y al mismo concepto, aquello que algunos afirman revela finalmente
al ser, y que ha llevado de cabeza a pensadores de todos los tiempos.
Ese es el camino que elegí y que ahora sigo. ¿Hasta cuándo? Dejare al espíritu
que parece desde entonces guiar mis pensamientos, que igualmente en este camino
guie mis pasos, el dirá.
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